Los salones parroquiales acogieron, durante la tarde del sábado y la mañana del domingo, el rastrillo de Cáritas Parroquial de Posada de Llanera, rastrillo donde se puede encontrar de todo y contribuir con una buena causa. Juguetes, ropa, comida y postres caseros fueron algunas de las ofertas. También hubo servicio de cafetería, el sábado con chocolate y dulces caseros, y el domingo con caldo y pinchos; y no faltaron tampoco los tradicionales controles de la glusosa y la tensión.
Cáritas Parroquial de Posada atiende a 56 familias, como señala el sacerdote de la localidad, José Julio Velasco "lo que pasa que unas familias se van porque mejoraron sus condiciones, pero incorporamos a otras,por eso la cifra permanece estable". Además, asegura, "los bolsillos del ciudadano de a pie, por mucho que se esté diciendo que la situación está mejorando, todavía no lo están notando".
Los primeros jueves de cada mes reparten los lotes de alimentos y el último del mes reparten ropa a las personas que lo necesitan. No obstante, también atienden las situaciones de urgencia.
Además de comida y ropa, también colaboran con el pago de algunas facturas.
Doce son los voluntarios de Cáritas Posada, que trabajan para ayudar a los más lo necesitan. Este rastrillo les ayuda a conseguir fondos para continuar prestando ayuda. Además, cuentan con la colaboración, totalmente desinteresada, de colectivos del concejo que aportan una importante cantidad de kilos de alimentos.
