ARRIONDAS

Arriondas descubre a la poetisa Elvira Laruelo

La parraguesa Elvira Laruelo, ahora residente en Sama Langredo donde ejerce como profesora de Literatura de Educación Secundaria, presentó su primer libro de poemas, Pago en versos, en la Casa de Cultura Benito Pérez Galdós de Arriondas.


POR TAMARA LLAMEDO
La Casa de Cultura Benito Pérez Galdós acogió la presentación del libro Pago en versos""

elvira-laruelo-presentacion-arriondas.jpg

Pago en versos, de Elvira Laruelo

 

No conocía a Elvira Laruelo, a pesar de que compartimos villa natal y amor por las letras y que nuestra diferencia generacional no es tan grande, y tengo que comenzar esta crónica haciendo justicia al hecho de que Elvira es una persona de esas que desprenden paz, tranquilidad y con la que las palabras son tan fáciles que nunca te cansas de intercambiarlas con ella. A los cinco minutos de estar con ella ya estoy tan cómoda como si estuviera con una amiga de confianza. Hemos quedado para hablar de su primer libro, “Pago en versos”, que presenta en la casa de cultura del pueblin que la vio nacer y crecer: Arriondas. Afirma que presentar su trabajo la pone nerviosa, y más en casa, y la creo, no sólo porque exponerse imponga, que también, sino porque su figura y gestos resultan extremadamente tímidos.

Aunque Elvira nació, vivió y comenzó a escribir poemas aquí, ahora reside en Sama de Langreo, donde ejerce como profesora de Lengua y Literatura en Secundaria.

Asegura que Arriondas significa muchas cosas para ella y que si tuviera que escoger algo de este lugar no sabría con qué quedarse: el trato familiar de los vecinos del pueblo, el paisaje y el entorno en el que la villa se sitúa, las fiestas que como buena parraguesa siente muy suyas y disfruta…quedarse con una sola cosa resultaría una elección difícil, pero no duda cuando asegura que lo que sin duda más añora es a su familia y amigos, y explica que, aunque la distancia no es tan grande, la rutina y los quehaceres diarios le impiden estar aquí tanto tiempo como quisiera para no sentir esa morriña tan característica de los asturianos.

Elvira escribe poesía porque esta le sale de dentro, como sin querer, y apunta que escribir poemas requiere menos oficio que la narrativa para la que, considera, hace falta mucha dedicación y esfuerzo. Creo que piensa así, que la poesía es más simple, porque tiene alma y sangre de poeta y la capacidad de que los poemas salgan de su pluma como si se le cayeran de las manos, algo que ya estaba en ella y que cultivó y cuido debidamente con su afición por la lectura.

Su amor por los libros y palabras empezó en Arriondas, en la biblioteca que por entonces regentaba Gloria, y la literatura en general la atrapó desde bien pequeña. No fue hasta los veinte años cuando empezó a escribir pequeños poemas que salían de muy adentro, cuentos, relatos…que nunca consideró suficientemente buenos como para exponerlos. Todos esos poemas y textos se fueron acumulando a lo largo de su trayectoria vital, y algunos veían la luz sin firma en internet, hasta que Antón García, escritor y editor, la animó a publicarlos consciente de que lo que para Elvira no era suficientemente valido era algo muy hermoso que podía llegar a más gente. Y así se forjó Pago en versos, con el empujón de Antón y el arranque de Elvira de seleccionar los poemas que tenía dispersos a través de los años, 74 poemas que tocan por dentro a los que ya los hemos leído. Pago en versos es un poemario en asturianu, y ella explica la elección de esta lengua diciendo que considera que la poesía es algo tan íntimo y personal que requería no traducirlos al castellanu porque a ella el asturiano, lengua en la que originalmente fueron escritos, le ensancha el alma. Me cuenta, no obstante, que no pretende con ello que su libro sea solo para quienes aman como ella esa lengua sino que cree que se trata de un poemario accesible para cualquiera. Además dice que en su libro no hay ficciones ni licencias poéticas de ningún tipo, porque escribir poesía es para ella como desnudarse y no entiende la poesía de ficción.

El libro de Elvira se estructura en tres partes, raigañu, troncu y rames, las partes de una árbol que simbolizan momentos concretos de la vida. La primera parte, raigañu, representa las raíces, el raigón, 15 poemas dedicados a la infancia y primera juventud, a sus orígenes. Y aunque no hay topónimos ni se nombran lugares concretos, hay mucho de Arriondas en esos poemas: desde el recuerdo de su abuelo al sauce del parque, bajo el que varias generaciones crearon recuerdos, pasando por el pozu del LLaduengu o la palancana en la que se bañaba de niña. La segunda parte del libro, el troncu, la conforman 37 poemas que enredan reflexiones acerca del paso del tiempo, la madurez o preguntas que surgen cuando ya se asimila la época anterior. A la tercera parte de su libro, les cañes, la define Elvira como “lo que de mí se espurre”, 27 poemas que hablan mucho más del ahora, de la mujer que es.

Sobre el título, Pago en Versos, me explica que además de ser la última frase del último poema del libro, la conclusión, es además una metáfora, una especie de pago que le hace a la literatura con este poemario por todo lo que ésta le aportó y aporta en la vida.

Elvira me cuenta que este libro es para ella una gran ilusión y que aunque no tenía ambición de escribirlo es un orgullo muy grande y también quiere que sea un homenaje a las mujeres de su familia, su madre y su abuela, que no tuvieron los medios ni se les presentaron las circunstancias para acercarse, como ella, a la lectura y la escritura.

Seguimos charlando y Elvira define la poesía como algo sorprendente porque al leerla parece que leyeras tu propia historia, identificándote con las palabras, un arte que es capaz de hacer al lector encontrar dentro de sí sentimientos insospechados o desconocidos. Y considera que la sensibilidad que requiere la poesía puede cambiar la forma de ver la realidad. Me cuenta entonces que hay una frase que dice algo así como que si los políticos fueran poetas, el mundo sería mucho mejor. Y yo pienso que, desde luego, si los políticos tuvieran la mitad de sensibilidad que esta mujer que se sienta a mi lado, el mundo sería muy diferente.

Tras esta charla vuelvo a encontrarme con ella en la casa de cultura de Arriondas, arropada por su familia y amigos, en una presentación en la que la flanquean dos grandes de la literatura en asturianu: Antón García, editor de su libro, y Xandru Martino.

Antón calificó a Elvira de excelente poeta y asumió la culpa de animarla a publicar. Xandru agradeció la presencia de tanto público en un acto relacionado con poesía y en asturianu y calificó el libro de Elvira como un regalo para la gente que ama la cultura y la fala asturianas. Además describió Pago en versos como un libro casi feminista y afirmo estar sorprendido de que alguien tan tímido como Elvira haya sido capaz de un exhibicionismo interior tan grande. Tras los agradecimientos a la familia, amigos, miembros de la corporación que allí se encontraban y a la librería Gestión de Arriondas, donde se puede comprar este libro, Elvira y Xandru se lanzaron a la lectura de diferentes versos del libro, lo que convirtió la presentación en una exposición emotiva de parte de los contenidos de este, el primer libro de Elvira Laruelo.

Ha sido para mí un placer conocer a Elvira y descubrir sus poemas, cargados de emociones que todos llevamos dentro y plagado de lugares que me son bien conocidos. Y aunque en un principio pretendía que estas letras tuvieran forma de entrevista he querido eliminar el formato de pregunta-respuesta y convertir mi pequeña conversación con Elvira en esta especie de crónica personalista que, espero, a ella le guste. “Pago en Versos” ya está en mi mesita y creo que pronto estará en la de muchas otras personas.

Lo dicho: un placer Elvira.