ARRIONDAS

A la búsqueda de tesoros en el Desembalaje de Arriondas

Arriondas, capital vintage del Oriente de Asturias

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Desembalaje en Arriondas

 

La zona deportiva de la capital de Parres fue un hervidero de gente desde el pasado viernes hasta el domingo. Miles de curiosos “busca tesoros” se acercaron hasta allí para disfrutar recorriendo, buscando, regateando, curioseando o comprando en el que fue el tercer Desembalaje de Arriondas, una feria de antigüedades en la que más de 60 expositores llegados de toda la geografía española pusieron a la venta 25.000 piezas antiguas de todo tipo: las había desde un euro hasta de miles de euros y cualquier cosa que se buscara se podía encontrar.

Pequeños objetos compartieron espacio con grandes muebles, libros con siglos de vida, revistas, teléfonos, maletas, chapas, cuadros, espadas, ropa, instrumentos, material militar, juguetes, telas… de todo. Las ventas, bastante buenas, según los responsables de los expositores consultados, y la afluencia de gente que visitó Arriondas dejó, según datos de la organización, 300.000 mil euros en el Oriente Asturiano, una cifra que hace prever que el Desembalaje volverá en 2020.

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Begoña, desde Langreo, con una pequeña muestra de su “Suite Vintage”.

En la Feria del Desembalaje se estrenaba por primera vez, llegado desde Cuenca, José Carlos Pérez, responsable de la empresa familiar Antigüedades J. Candelas, que ofrecía muebles, sillas, cuadros…pero, sobre todo, lámparas. «Vamos de feria en feria, no tenemos una tienda física. El negocio lo empezó mi padre hace años y yo estoy siguiendo su estela. Nos hablaron de esta feria y decidimos venir para conocer Asturias y probar suerte con las ventas. Pensábamos que aquí no hacía tanto calor como en el sur y estamos sorprendidísimos» contaba el sábado, mientras en la calle los termómetros marcaban  casi 40 grados de temperatura. Unos metros más allá,  encantados con la temperatura y el paisaje asturiano, José Ramón y su hijo Juan, burgaleses, repetían por 3º vez en el Desembalaje de Arriondas, «aprovechamos la feria para disfrutar de Asturias y de esta zona, que es un sitio encantador. Mezclamos negocio y vacaciones, porque cada año aprovechamos para bajar el sella en canoa», contaba este vendedor, especializado en temática militar. Entre sus muchos tesoros curiosos, un medidor de intensidad de pólvora del año 1784, con la firma del armero grabada y valorado en casi 4.000 euros, una colección de insignias de los exiliados de la guerra civil española valorada en más de 3000 euros o 2 medallas que la policía francesa incautó a la banda terrorista ETA en el año 1986 «eran medallas conmemorativas para sus miembros más destacados, para sus “mártires”, que se les entregaban a la familias en secreto. Se encontraron mil que, supuestamente, iban a ser destruidas. Yo tengo dos de ellas y me consta que hay unas 20 más (…) esto es una “bomba” para cualquier coleccionista  y no las vendo por menos de 400 euros»

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José Carlos Pérez en su expositor de lámparas.

Una oferta muy distinta, pero igual de interesante, era la de Ángel García, Garyus, que acude a la Feria del Desembalaje de Arriondas desde el primer año con ropa vintage de todo tipo, o la de Begoña y Laura que acudían por primera vez a Arriondas atraídas por el éxito de las ediciones pasadas con algo de lo muchísimo que tienen en su almacén de segunda mano de Langreo, “La Suite Vintage”, «Aquí hemos venido con algunos muebles y artículos de decoración porque el espacio que tenemos es limitado, pero en nuestro almacén, que es enorme, tenemos artículos de segunda mano de todo tipo», contaban. Desde la vecina Cantabria, Altamira Sorabia vendía piezas de almoneda  por 3ª vez en Arriondas, todas ellas rescatadas de subastas o de casas que los propietarios vacían para reformar, «todo son artículos de 50 años para arriba. Relojes, muebles, cristal, herramientas...traemos de todo un poco y se vende muy bien».

Un proyector de cine, adornos para el pelo, discos, latas, puntas de flecha, instrumental médico, vajillas, radios antiguas funcionando, latas... hasta obras de arte originales traídas personalmente desde Cataluña por su artista, Fortuny, descendiente del pintor Mariano Fortuny.
Un recorrido cargado de opciones variopintas, originales y únicas que  no dejó a nadie de los que lo visitaron indiferente.

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