PARRES

Parres destina 20.000 euros a la iniciativa de proyecto roble

Repoblar con árboles autóctonos y que ovejas y cabras vuelvan a pastar en la Cuesta de Bodes, las soluciones para acabar con el matorral

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Parres lucha contra el matorral

 

El Ayuntamiento de Parres destinará 20.000 euros en 2019 al convenio de colaboración firmado con el colectivo Proyecto Roble, que preside Iñaki Aranzeta, y con decenas de ganaderos del ámbito de la Cuesta de Bodes. El convenio es el espaldarazo definitivo al proyecto  de “Puesta en valor de los montes públicos del concejo”.

Proyecto Roble puso en marcha hace dos años una iniciativa piloto en la Cuesta de Bodes, junto con una decena de ganaderos, para recuperar los pastos en cinco hectáreas de monte. Tras dos años, los resultados animan al Ayuntamiento a impulsar la iniciativa, que en el futuro se llevaría a otras zonas del municipio. «No hay ninguna solución para revertir la situación actual de los montes de un mes para otro, pero la iniciativa de la Cuesta de Bodes nos demuestra que puede hacerse», aseguró el alcalde de Parres, Emilio García Longo.

La solución para atajar la matorralización por la que apuesta Proyecto Roble consiste en repoblar con árboles autóctonos –entre 80 y 120 árboles por hectárea– y que la reciella –cabras y ovejas– vuelva a pastar en las zonas de las que había salido hace años; así se pueden recuperar hectáreas de pastizales que hoy son cotollales, jelechales y argumales. «La clave está en que todos los agentes se involucren, porque esto sin los ganaderos no sería posible», apuntó Iñaki Aranzeta, quien aseguró que en Parres «hemos conseguido que sí salga adelante un proyecto que habíamos probado en el concejo de Onís, donde no tuvo continuidad». Entre esos agentes «debería estar también el Principado», augura el presidente de Proyecto Roble, que puso un ejemplo de la poca incidencia que ahora mismo tienen las medidas que se toman desde la administración para luchar contra el matorral, «los desbroces y las quemas controladas no llegan ni al 5% de la superficie sobre la que sería necesario actuar, y son acciones muy costosas».
En la presentación del convenio de colaboración estuvieron también dos de los ganaderos que participan en la iniciativa piloto, Manuel Busto y Francisco Cibrián. Ambos apoyan la viabilidad del proyecto aunque son conscientes de que también hay ganaderos que han dado la espalda a la iniciativa. Ahora mismo, en el terreno de la Cuesta de Bodes sobre el que se actúa, pastan entre 35 y 40 ovejas y cabras, en zonas protegidas con cierres móviles y donde se prueban también dispositivos de alerta para controlar los ataques del lobo «y también de perros, que hemos tenido alguno», aseguran, además de los robos. Aranzeta adelantó que se está buscando tecnología que «además de alertar cuando haya ataques, permita ahuyentar al lobo y evitar ese ataque», la inyección económica del Ayuntamiento permitirá impulsar todas estas acciones encaminadas a recuperar unos pastizales, con forrajes de alta calidad, que nos permitiría ver pacer de nuevo a vacas en terrenos a los que hace años ni se acercan.